Radio Atalaya FM 107.3

sábado, 2 de abril de 2011

Va pasando la Cuaresma...

La tiranía del tiempo no tiene contemplación alguna. Pasa, apenas inadvertido, como si se detuviera y sin embargo, avanza sin descanso.

La Primavera esconde en su floración un aroma de incienso y azahar y nos brinda un tiempo especialmente dichoso para los cofrades. Un tiempo que también pasa, que parecía que no iba a llegar este año y ¡ya estamos a una semana del Pregón!.

Mientras mi hermano y amigo Mateo Olaya, ultima sus retoques a la pieza oratoria y de sentimiento que nos brindará el domingo 10 de abril, escucho el nuevo CD sobre la saeta de Cabra y sus intérpretes de antes y de ahora que nos brinda un sonido que se hace entrañable y cercano, tan familiar como sentido. Y la voz de Paco Carmona recitando sus versos a la Semana Santa en un sonido añejo de aquella radio que se nos fue.

Al tiempo se suceden los cultos, conciertos, exaltaciones, via-crucis y rezos alumbrados al amparo de un cirio incandescente que recorre las calles entre el alboroto de la chiquillería que estrena sensaciones de Cuaresma. La era digital me permite estar conectado a noticias, información, fotos de mis amig@s y comentarios, y mientras, en La Opinión de Cabra, leo la crónica en inglés de Alex García Rosal sobre las costumbres y gastronomía típicas de Cabra: genial ese corner, brother!.

Tertulias en la radio, en los cuartelillos. Alguna oración y un rato de reflexión y silencio ante las imágenes en el templo. El recuerdo del año de mi pregón, los inicios cofrades, el esfuerzo de tanta gente. La hermandad fraguándose a cada momento, alimentándose de los recuerdos y también de los proyectos. Fuerte en la amistad antigua y sólida en la más nueva. Comentando los ensayos de los costaleros, el reparto de las túnicas, viendo una vez más el video del año pasado....

Vuelvo al teclado. De fondo músicas, algunas clásicas de las que se hicieron nuevas en la modernidad de la Sevilla de la Exposición del 29 y que hoy son santo y seña de una Semana Santa romántica, que aspira a ser barroca, aunque surge a finales del XIX. Soleá, dame la mano... la mejor según Mateo. Amarguras, Virgen del Valle... , algunas interpretadas en instrumentos de plectro, otras por bandas casi sinfónicas. Pero también marchas egabrenses como Martirio, Virgen del Socorro, Virgen de Piedra, Sentir Cofrade y los ineludibles pasodobles de ese desfile eterno, que sigue vivo en nuestra retina: Cofradías Egabrenses y Cruz Parroquial.

Y va pasando la Cuaresma. Queda tiempo para celebrar los cien años de los primeros capuchones que salieron en el Preso. Una nueva manera de entender y hacer la Semana Santa y las tradiciones que surgía en aquellos primeros años del siglo XX, emparentando lo nuestro con el "costumbrismo nacionalista" de corte sevillano que introdujo Rodríguez Ojeda, el eterno Juan Manuel de la "Semana Santa de la gracia" y que imprimieron en nuestra ciudad personajes como Manuel Mora y Aguilar, entre otros. Y lo hicieron al amparo de la fotografía, de la prensa, de la cultura, de la arquitectura, de la educación, etc….. y cambiaron la Semana Santa. Algo que quizá se ha venido criticando desde hace tiempo y que quizá no haya sido comprendido ni analizado en su justa medida.

Una Semana Santa que con los capuchones empezaba a ser distinta al mismo tiempo que las de otros lugares… y de la que hoy cumplimos cien años, gracias a la Archicofradía del Preso y a las personas que tuvieron el acierto de aportar aquellas innovaciones, que empezarían a renovar y quizá a cambiar nuestra manera de celebrar y vivir la Pasión.

Y me resisto a no escuchar el sonido de los añafiles y un tambor ronco que suena a lo lejos. Esencias, aromas, sonidos, sentidos, luz, color, vivencias,..... todo eso y un sentimiento de dicha, mientras lentamente, muy lentamente, va pasando la Cuaresma.

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