Radio Atalaya FM 107.3

jueves, 21 de julio de 2011

Hace cuarenta años, ¿tantos?

Recuerdo un día de verano, sentados toda la familia y parte de la chiquillería de la calle Parrillas de Cabra ante un televisor en blanco y negro, con las esquinas redondeadas y en una sala donde parecía que íbamos al cine. Fue un 21 de julio de 1969.

Mi abuelo había comprado esa tele y era de uso común para el vecindario que, ante tal novedad, no quería perderse aquel acontecimiento. Una tele nueva.

Y como en volandas, creo recordar o recuerdo por la cantidad de veces que las habré visto después, las imágenes de un astronauta que nos llevaba directamente al futuro pisando la luna y poniendo aquella banderita de barras y estrellas. Fue el primer hombre de aquel Apolo ONCE que pisó la Luna. ellos alunizaban, nosotros alucinábamos, y no precisamente en colores, sino en ByN.

Las novelas de Julio Verne parecía que se hacían realidad y después de haber visto aquello, muchas veces pensaríamos que si algo no salía por la tele, es que no era realmente importante. Luego en aquellas comedias a pié de limonero del patio de mi casa, haríamos el papel de astronautas saltando a lo "tonto" como si el suelo de cemento, regado a media tarde, fuera el polvo de la Luna. Y nos aprendimos aquella frase que repetiríamos para finalizar la representación: ¡un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la Humanidad!, tras la que sonaban los aplausos de nuestras madres y los de los más pequeños de la calle que se afanaban por intentar convertirse en actores cuanto antes.

¡Que inocencia la de aquéllos años!. Puede que todo aquello fue un montaje y, la verdad, no se si me importa:nosotros lo vimos por la tele. Y con palabras de Teilhard de Chardin "en la escala de lo cósmico, sólo lo fantástico tiene posibilidades de ser verdadero".

Eso sí, nadie nos podrá quitar esos recuerdos que hoy, al amparo de las musas, cobran virtualmente un valor que lo mismo solo sirve para alimentar nuestra particular alacena y avivar esas sensaciones que quedarán para siempre en ese particular ideario colectivo, el de aquella pandilla de la Calle Parrillas. Y eso es mucho. Tanto como los años que no han pasado en balde.

Por eso y por muchas cosas más, este "entrelíneas" de hoy, 21 de julio, va dedicado muy especialmente, a todos aquellos niños y niñas que jugábamos y compartíamos tanto en nuestra calle.

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