En los actos que se suceden cada día, las ausencias y las presencias suelen ser siempre motivo de comentario. Unas más que otras, claro está. Las ausencias de los políticos suelen ser casi siempre, motivo de discusión. Hay quién habla de ellas en clave de falta de responsabilidad, a lo que puede responderse que lo que hay en realidad es falta de tiempo. Otros dicen que si hubiera que estar en todo lo que se organiza tendrían que estar clonados o tener el difícil don de la omnipresencia. No falta aquel o aquella que, senciallmente, no va porque no quiere. Y hay veces, también no pocas, donde quién organiza el acto, por la razón que sea, no invita a otros políticos, sencillamente para que no quiten protagonismo al convocante. Puedo asegurarles que hay ocasiones en las que es mejor que vayan pocos, e incluso que no fuera ninguno, porque si ustedes supieran la de codazos, empujones y búsqueda de huecos para salir en la foto a toda costa que emplean algunos de los componentes de algún grupo político del Ayuntamiento de Cabra (como supongo que harán los de otros de casi todos los sitios), terminarían por irse del lugar o por reirse a carcajadas de tamañas actuaciones.
El caso es que con más frecuencia de la que sería aceptable (si es que puede considerarse aceptable) hay representantes públicos que no están presentes en determinados actos. Será que no se les invita o que no quieren ir. O eso quiero pensar, que si no tendría que llegar a la conclusión en la que unos utilizan sus cargos en beneficio propio y para salir siempre en la foto, dejando atrás a otros, tan legítimos representantes como ellos. Y eso me parece cuando menos injusto, mostrando una falta de educación y corrección política de la que hace que los ciudadanos de a pie, comencemos a cansarnos de algunas actitudes de algunos políticos y políticas. Aunque claro, a punto de comenzar una campaña electoral decisiva para muchos candidatos, la que se avecina es "menúa".
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