Estos días se viene acentuando la controversia en torno a la asignatura Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos y, a su vez, el tema de que la religión sea algo privado.
Os recomiendo la lectura de dos artículos que se recogen en La Opinión digital sobre el tema en cuestión. Uno está en el blog de Pepe Peña (Catedrático de Dº Constitucional en la Universidad San Pablo-CEU de Madrid), blog que lleva el título de la calle de su infancia - Calle Parrillas- y que me parece acertadísimo y clarificador al respecto. El otro está en la sección ESPECIALES, en el apartado del centro inferior de la página y que se abre al pinchar sobre el titular que figura ahora mismo, es el segundo, firmado por el colectivo femenino MARÍAS DE BETANIA, que también está publicado en la edición impresa.
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Otra cuestión, a mi modo de ver, es la de relegar absolutamente la religión al ámbito privado, como viene proponiendo desde hace tiempo, un determinado sector de la ciudadanía. Respetando el derecho de cada uno a expresarse, no lo comparto y creo que, lo mismo que quién hace pública y la manifiesta, una determinada opción política, social, asociativa o de pensamiento, también en el ámbito de la religión, que generalmente lleva siempre aparejada la manifestación pública de sus valores, actitudes, expresiones, etc., (veáse caridad, atención a los demás, expresiones festivas, procesionales o de culto, actitudes ante la vida y la muerte y otros muchos aspectos), los ciudadanos de la religión que sea, tenemos derecho a expresar líbremente nuestras creencias y no tenemos que "escondernos" en la habitación o "recluirnos" en las sacristías por profesarlas.
Nos asisten los derechos humanos y civiles y creo que, como decía un articulista al respecto: "Por supuesto que la religión pertenece al ámbito más íntimo de la persona, a su conciencia y al ejercicio de la libertad. Los católicos afirmamos que la práctica de la fe ha de ser libre. Pero lo que nadie puede concluir es que la práctica libre de la religión no tenga dimensiones sociales y públicas. La dimensión social del hombre afecta a todas sus facetas, también la religiosa. Bodas, bautizos, procesiones o actos de culto tienen la misma legitimidad civil que una manifestación o una recogida de firmas"
Y otro texto, en este caso de un protestante, que dice así: "Lo privado no significa que no venga a ser público. Pero no por mandato legal, sino por el propio valor de sus ideas. Si nos referimos a la situación en España, hemos de notar que los valores del evangelio han informado de tal forma la vida de los individuos que lo que la sociedad aclama y acepta son realmente valores cristianos. Y esta es la forma por la cual los valores religiosos, proclamados por los cristianos, se convierten en un valor público. Seguramente, el 90% de las enseñanzas en la futura asignatura de Educación para la Ciudadanía estarán de acuerdo con los dictados del evangelio, porque en gran parte son el producto de años y siglos de proclamación evangélica que han creado una conciencia común. Los valores que proclama nuestra Constitución y que son norma de conducta para nuestra vida son frutos del evangelio. También la Declaración Universal de los Derechos Humanos".
Está claro que la polémica está servida, pero conviene que cada uno tengamos nuestras posiciones claras y sepamos (puesto que poder, podemos) defenderlas.
Y si me permitís, una última conclusión: Los cristianos, en el campo de la religión, hemos de reforzar lo privado, es decir, la vivencia de la fe en el seno de la familia, donde se vivan y se practiquen los valores del evangelio. Será a partir de esta vivencia privada de la fe, que el evangelio se convertirá en algo público y de valor universal. Saludos a todos y buena educación.
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