En este puente de verano, a medio camino entre los aniversarios de la muerte de Blas Infante y García Lorca y con la vista puesta en las múltiples celebraciones festivas del 15 de agosto, dos o tres cosillas me llaman la atención y me recuerdan que vuelven tiempos pasados.
Vuelven tiempos donde, por poner un caso, se lía la mundial para organizar un homenaje al padre de la patria andaluza, Blas Infante. No puede concebir tal disparidad de pareceres a la hora de homenajear a quién puso las bases de la conciencia autonomista o nacionalista de Andalucía. Que si el Parlamento (sin el presidente de la Junta, miré usted por donde), que si los del PP, los de IU o los del PA extraparlamentario. Esperemos que la iniciativa de IU para crear una comisión que organice el homenaje propere y seamos uno a la hora de honrar a Don Blas.
Vuelven los tiempos donde se pagaban caros los préstamos (aunque no hayan llegado a los tipos aquellos del 21% o 19% en las hipotecas), subiendo la inflación y por tanto los precios que ya subieron bastante con el euro sin darnos casi cuenta.
Y por último, en medio de este puente veraniego donde arrecia la crisis y avanzan las Olimpiadas, vuelven a empeñarse las joyas en los Montes de Piedad que todavía siguen funcionando en España. Al parecer, según dicen en la prensa, la actividad de estos establecimientos ha crecido considerablemente y las gentes que tenían sus oros o brillantes deciden acudir a empeñarlos para tener algún dinero hasta ver si cobran la paga y pueden recuperar las joyas que ahora entregan.
Por volver, volverá, ya mismo, el inicio del curso que traerá los tunos cantando, con más actualidad que nunca aquello de: "Y los libros empeñados... en el Monte de Piedad".
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