El correo electrónico ha dormido durante los días de vacaciones que he podido disfrutar junto al mar, cerca de Málaga. Así cuando vuelvo me encuentro un buen número de entradas pendientes de abrir, leer, contestar o borrar. Gracias a la rapidez de la comunicación en internet, la actualidad se centra sobre los últimos recibidos y los que se recibieron hace apenas diez días, no sólo han dejado de ser urgentes, sino que han perdido incluso vigencia. Muchas de las noticias que me llegan a través de este medio son buenas, algunos amigos han aprobado sus oposiciones y son ya funcionarios de Educación; otros han podido terminar aquello en lo que estaban inmersos; otras que por unos días van a estar también de descanso y junto a éstas, otros avisos de cumpleaños, alertas, información, etc. que definitivamente si que se han quedado antiguas. Hay que ver la diferencia en la comunicación en apenas treinta años. Hoy, en unas horas, algo puede quedarse antiguo; entonces, en casi dos semanas, nada cambiaba.
Me acuerdo cuando siendo muy niño, (apenas había aprendido a leer y escribir en el Colegio Niño Jesús de las Hijas de la Caridad de mi pueblo, Cabra), algunas tardes, al terminar las clases, que todavía duraban hasta las cinco, íbamos a ver a unos tíos abuelos, a los que llamábamos "chaches" que eran mayores y vivían solos.
Entre las obligaciones que conllevaba la visita, estaba la de leer las cartas de sus hijos que se encontraban en otros lares, por mor de la emigración. Eran inmigrantes españoles en tierras catalanas y germanas. Luego, escribía cartas de respuesta. Ellos no sabían leer ni escribir y había que copiar los dictados, para comunicar sus sentimientos, los deseos de comunicarse con sus hijos y contarles por carta lo que pasaba en el día a día de su casa, en la familia y en el pueblo. En las cartas no faltaban algunas frases que se repetían siempre: "Querido hijo: me alegraré que, al recibo de ésta, te encuentres bien. Nosotros bien, a Dios gracias. De lo que me decías en tu última carta, te diré que....." . ¡Qué tiempos!. Parece que fue ayer, y han pasado ...titantos.... suficientes para cambier las comunicaciones al menos en buena parte del mundo desarrollado.
Y volviendo al día de hoy, entre los correos recibidos está uno de Tosu que no puedo dejar de recomendarles: la web de Chillíto Flins en la que está el enlace con la canción del verano: El rebozaico.
http://lamoradadelgurripato.blogspot.com/
http://www.chilliito.com/
No se lo pierdan.... y bailen al ritmo del verano, jeje.
Me acuerdo cuando siendo muy niño, (apenas había aprendido a leer y escribir en el Colegio Niño Jesús de las Hijas de la Caridad de mi pueblo, Cabra), algunas tardes, al terminar las clases, que todavía duraban hasta las cinco, íbamos a ver a unos tíos abuelos, a los que llamábamos "chaches" que eran mayores y vivían solos.
Entre las obligaciones que conllevaba la visita, estaba la de leer las cartas de sus hijos que se encontraban en otros lares, por mor de la emigración. Eran inmigrantes españoles en tierras catalanas y germanas. Luego, escribía cartas de respuesta. Ellos no sabían leer ni escribir y había que copiar los dictados, para comunicar sus sentimientos, los deseos de comunicarse con sus hijos y contarles por carta lo que pasaba en el día a día de su casa, en la familia y en el pueblo. En las cartas no faltaban algunas frases que se repetían siempre: "Querido hijo: me alegraré que, al recibo de ésta, te encuentres bien. Nosotros bien, a Dios gracias. De lo que me decías en tu última carta, te diré que....." . ¡Qué tiempos!. Parece que fue ayer, y han pasado ...titantos.... suficientes para cambier las comunicaciones al menos en buena parte del mundo desarrollado.
Y volviendo al día de hoy, entre los correos recibidos está uno de Tosu que no puedo dejar de recomendarles: la web de Chillíto Flins en la que está el enlace con la canción del verano: El rebozaico.
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No se lo pierdan.... y bailen al ritmo del verano, jeje.
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