El Mithra (esa escultura llamativa y de gran significación iconográfica, que apareció casualmente en la Villa romana de la Fuente de las Piedras de Cabra que a partir de su hallazgo por la familia Castro pasó a llamarse “Villa del Mithra”), nos distingue.
Es un elemento diferenciador de la historia antigua y la arqueología del mundo romano, que nos enorgullece y debería alcanzar la representatividad que, por méritos propios, hace singular a nuestra ciudad y su historia.
Hace poco se celebraron en Cabra las terceras jornadas mitraicas, una actividad que se va consolidando y que tendrá un punto de inflexión en el I Congreso sobre Mithra que va a organizarse para el año 2012 en nuestra ciudad.
Relacionar el pasado y su patrimonio arqueológico con el presente, y aprovechar, entre otras, esta pieza de indiscutible valor para potenciar nuestro desarrollo, es el objetivo inmediato y también la apuesta de futuro para la difusión y el conocimiento del mitraismo en Cabra, que ha de contar con apoyo y acogida por parte de la población.
Quizá se han hecho pocos esfuerzos colectivos por considerar este símbolo como algo que marca nuestra identidad histórica y a la vez que sirva de desarrollo. Un esfuerzo que ha de conseguir recuperar el yacimiento y ponerlo en el lugar que le corresponde entre la Ruta Bética Romana.
Pongo por ejemplo lo que se ha hecho para relacionar Mérida y Cabra con una copia de Augusto del Museo de Arte Romano, que ha sido cedida para el Museo Aguilar y Eslava, uniendo así el común pasado romano de ambas civitas y el patrimonio educativo y cultural de que hacen gala.
Puede que no fuera casualidad que hubiera un culto mitraico en la antigua Igabrum, como también lo hubo a la diosa Isis. Puede que la importancia de estos cultos antiguos sea un testimonio demasiado valioso para que pase inadvertido o no alcance a ser seña de identidad histórica entre nuestras gentes. Habrá que ir tomando buena nota de lo mucho que supone esta pieza singular en nuestra ciudad, que nos hace un lugar único en España, pues no hay otro igual en todo el territorio nacional y también a nivel europeo, donde solo hay tres representaciones iconográficas de estas características: la nuestra, la del Museo Británico y la del Museo Vaticano.
Aprovechar esta singularidad no solo es una oportunidad que no puede desaprovecharse, sino que es casi un deber que han de tomarse en serio pues es mucho y muy interesante lo que puede aportarnos. Y lo tenemos tan cerca, es tan nuestro, que no podemos permitirnos que pase inadvertido. Nuestro pasado y nuestro patrimonio no pueden obviarse y han de aprovecharse de manera decidida.
Otro día, con más tiempo y profundidad, quizá tendría que buscar algo sobre el Mitraismo y su relación con la cultura de la Tauromaquia. Por hoy, me quedo con estas reflexiones que me ha suscitado la participación en las Jornadas, con las más que interesantes aportaciones recibidas por los ponentes de las distintas sesiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario