Radio Atalaya FM 107.3

miércoles, 27 de diciembre de 2006

ESPAÑA, UNO DE LOS PEORES PAÍSES PARA CREAR EMPRESAS

Eso leía hace poco en un titular del diario Expansión. Al parecer la normativa legal y tributaria dificultan la iniciativa empresarial. Los emprendedores que quieran montar una empresa en nuestro país tienen más dificultades que los que quieran hacerlo en lugares como Zambia, Etiopía, Perú o Namibia. Los trámites que hay que realizar suponen diez procedimientos distintos, en los que el presencial, es uno de los requisitos más complejos por lo que supone en cuanto a desplazamientos, espera y costes, invirtiendo casi cincuenta días de media para la puesta en marcha, legalmente, de la nueva empresa.

El Consejo General de Colegios de Economistas dice que además, hay una tendencia por parte de las administraciones públicas, a crear nuevas figuras tributarias, que podrían surgir de las próximas modificaciones de la ley sobre financiación de las comunidades autónomas o de la ley de haciendas locales. El Registro de Economistas y Asesores Fiscales denunciaba recientemente que el principal problema es la presencia de trámites y legislación que afecta al futuro emprendedor desde la triple administración española: central, autonómica y local. En lugar de irse reduciendo y facilitando el trámite burocrático, se ha ido haciendo más complejo y largo en el tiempo, con algunas disposiciones que incluso pueden interpretarse de manera contradictoria por alguno de los tres estamentos administrativos con el que hay que enfrentarse para poner en marcha una nueva iniciativa empresarial. Y para guinda del pastel, el trámite más complicado y dilatado es la obtención de la licencia municipal que pueden suponer hasta 47 días, si no hay alguna otra dificultad de por medio.

Total que tener un tejido empresarial casi modélico, unas iniciativas emprendedoras claramente innovadoras, jóvenes dispuestos a liderar el futuro del comercio y la industria y zonas en clara expansión, puede que sea fruto del esfuerzo personal de los líderes tanto autónomos como profesionales o de las sociedades (anónimas, limitadas o laborales) y cooperativas, que con su tenacidad consiguen montar las empresas, a pesar de la normativa, trámites, impuestos y burocracia que también en el siglo XXI son una traba más que una ayuda por parte de la poderosa y omnipresente administración pública. Que además, por si no habíamos caído en ello, constituye el verdadero tripartito con el que tienen que darse de bruces los ciudadanos: estado, autonomía, ayuntamiento.

Y digo yo: si esa es la media de España, ¿cuántos pueblos tendrán dificultades para montar empresas frente a los pocos que por sus frutos, parecen no tenerlas?.

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