Radio Atalaya FM 107.3

sábado, 9 de diciembre de 2006

Sobre el nuevo Estatuto de Autonomía para Andalucía

La profusión de noticias políticas hace difícil que uno pueda elegir alguna para ser destacada. Me quedaré hoy con el acuerdo que ha permitido sacar adelante un texto alabado por casi todos, para el nuevo Estatuto de Autonomía para Andalucía. Todos hablan de acuerdo y realmente, en el resultado de la votación es sorprendente que todos los grupos del Congreso hayan sumado 306 votos a favor y dos abstenciones, de BNG y EA. La reforma del Estatuto de Autonomía de Andalucía, se convierte de este modo en la primera que sale adelante sin votos en contra en esta legislatura, a diferencia de lo ocurrido con las reformas de Valencia y Cataluña y con el denominado 'Plan Ibarretxe', que ni siquiera superó el debate de toma en consideración.
Chaves habla de un escenario adecuado para la posibilidad de una reforma constitucional, habida cuenta del acuerdo que se ha materializado en esta aprobación entre el PSOE y el PP. Otros hablan de una histórica sesión parlamentaria en la que se logra poner de acuerdo a tanto diputado, de todos los grupos representados en los que, lógicamente hay también andaluces. Pero no están los andalucistas del PA. Ni en el apoyo al nuevo Estatuto en el Parlamento Andaluz, ni el apoyo a su texto reformado en el Congreso de los Diputados donde nuevamente se echa en falta una voz netamente andaluza que, al contrario que otras comunidades españolas si tienen sus representantes en la Cámara.
Creo que es fundamental que el Estatuto sea contundente en cuestiones tales como la definición de Andalucía y también en cuanto a financiación, competencias, bilateralidad, codecisión, deuda histórica o autogobierno. A mi parecer, que el término realidad nacional para Andalucía tenga en el preámbulo aprobado una referencia explícita a los planteamientos del Manifiesto Andalucista de Córdoba de 1919, y que eso se haga dentro del marco constitucional actual, asumiendo la pluralidad de territorios de España en su unidad, es un avance importante tras el que se esconde una definición por la que se luchaba con ahínco. A partir de ahí creo que apoyar esta reforma no impediría continuar con una reivindicación constante para seguir reclamando su aplicación al máximo e incluso las posibles reformas que hiceran falta.
Los techos competenciales, las afirmaciones y modificaciones realizadas, la asunción de la deuda histórica (aunque imprecisa e insuficiente) y en general la redacción del nuevo Estatuto, podrían haberse asumido por el más representativo partido nacionalista de Andalucía, el PA. Estoy seguro que va a resultar complicado, a las puertas de unas muy próximas elecciones municipales, pedir el NO en el referéndum del Estatuto para Andalucía por el Partido Andalucista. Se trata de una apuesta quizá demasiado fuerte en la que hay mucho en juego y el PA ha decidido realizarla. Espero que salga bien.
En algunos de los últimos sondeos sobre intención de voto en Andalucía, comprobé cómo el PA lo mantenía en términos similares a como se votó en las últimas elecciones andaluzas. Es una lástima, desde mi punto de vista, que además de una injusta legislación electoral que prima las circunscripciones provinciales sobre el conjunto del territorio, el PA no tenga más representantes en Andalucía, en España y en Europa. Pero en este caso los electores e incluso algunos militantes, como es mi caso, nos preguntamos si negarse a apoyar un texto no es peor que aceptarlo y ofrecer una visión crítica, contundente y reivindicativa pero sumándose a un proyecto común del que ahora mismo, el PA se queda descolgado.
En todo caso seremos los andaluces quienes tengamos la última palabra con nuestro voto en el referéndum que se celebrará el próximo 25 de febrero. Y cuando el pueblo hable, los políticos habrán de tomar buena nota de lo que diga.

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