23 de marzo - Día noveno
Mientras intento no prestar demasiada atención a las
noticias, hoy en vez de fotos, me pongo a mirar en una de esas cajas que no sé
cuánto tiempo lleva cerrada. La abro y me encuentro con otra cajita, más
pequeña, que tiene una pegatina envejecida, amarillenta, en la que con una
tinta de bolígrafo desteñida se lee: cintas de cassette.
Al abrirla me encuentro con recuerdos de los años
80 y 90 del siglo XX, en los que, grabadas, están las canciones y algunos otros asuntos que
marcaron una época.
Especial sentido tienen unas cintas que me grababa
mi amiga María José Carmona y que fueron mis compañeras de viaje en no pocos
recorridos de Granada a Cabra. Durante años han permanecido guardadas y ahora,
de nuevo, vuelven a recordarme que son no solo la sintonía de nuestra vida sino
la vida misma hecha sintonía. Son clásicos de aquellos años granadinos que siempre llevo presentes.
Alguna es especial por lo que significa,
pero son un todo que merece la pena volver a escuchar
en un viejo radiocasete que, afortunadamente, conservo para poder reproducirlas. La lista me sirve para crear una nueva en las plataformas actuales y así oir las canciones de aquella época.
Les dejo una de ellas.
Y es que nunca me acuesto sin haber aprendido algo nuevo... ¡grande Coppini!
Sigo en el confinamiento y me llegan mensajes con
noticias poco alentadoras, con cifras y datos que empeoran la situación,
sabiendo que esto se alarga más de lo previsto. Alguna persona muy cercana
sufre síntomas y eso hace que la preocupación sea mayor aún de lo que ya lo
era.
Y vuelve a planear la duda razonable de si no hemos
sabido actuar a tiempo cuando la cosa empezaba. Ahora, lo que
importa, es que hagamos lo que hay que hacer y cumplamos todo lo que se nos
pide para atajar este crecimiento que, cada día, nos hace más frágiles ante
tamaña pandemia. Ya habrá tiempo, y con todos los énfasis y vehemencia que queramos, de evaluar lo que se hizo y cómo se hizo.
Hoy, (y mañana, y pasado y al otro...) actuar conforme nos digan es la prioridad inexcusable
para que seamos capaces de parar, en el tiempo más corto posible, este mal que azota nuestro mundo. Y seguir aprendiendo de lo que está pasando y cómo lo
estamos viviendo.
¡Ánimo!, yo, además, también rezo.
Una cita
"De vuelta a casa encendí la chimenea y pensé: otra
vez aquí sentado y lo mismo podría estar en Berlín o en América, o muerto hace
tiempo, que mi actividad y mi vida no son útiles para nadie, transcurren
solitarias, encerradas en sí mismas, sin fruto".
Hermann Hesse
Obstinación. Escritos autobiográficos.
Alianza Ed. 1979
No hay comentarios:
Publicar un comentario