20 de marzo - Día sexto
Sigo con las fotos y me encuentro con una de un
viaje que hice un mes de marzo a Braga en Portugal. Subí al vía crucis más
singular y espectacular de cuantos he conocido, el del santuario de Bom Jesus.
Entre las fotos encuentro una que me sirve para representar
que la primavera quiere abrirse paso. Y así un árbol florece tras una reja cerrada y las flores traspasan la puerta como queriendo vencer su encierro. Porque hoy ha comenzado la primavera, aunque vayamos a
percibirla cuando pase algún tiempo. Tiempo que estos días estamos
aprendiendo a percibir con otra perspectiva. Y en este viernes cuaresmal que abre las puertas a una nueva primavera, tengo también
una alegría especial porque mi amiga Ana que ha tenido el coronavirus, ha sido
dada de alta y ya está en su casa recuperándose.
Decía Aristóteles que “cuando nada cambia en
nuestro pensamiento o cambia sin que lo advirtamos, entonces no nos parece que
haya pasado tiempo”. Pues ha pasado el tiempo porque están cambiando cosas y lo
estamos notando. Lo mismo que el calendario y el reloj siguen avanzando, y que
la ansiedad o la duda de este tiempo nos puede angustiar, recibir un mensaje
como el de Ana abre una puerta a la esperanza.
Ella nos daba ayer un mensaje sencillo, corto y
claro, dando ánimo. Que tengamos paciencia, que nos quedemos en casa, que
valoremos todo lo que tenemos, que cumplamos lo que nos dicen y desde su fe
sincera nos invitaba también a “confiar en el Señor”. No le faltaron palabras
de gratitud al personal del hospital de Cabra y a las personas que la han atendido
o a los mensajes que le han hecho no sentirse sola en esta travesía. Hemos
llegado al día sexto de este confinamiento y quizá sus palabras sean más que ilustrativas
de lo que podemos hacer: esperar, valorar, confiar, agradecer, cumplir. Y
reflexionar porque como ella decía, ahora “tenemos tiempo para hacerlo”.
La pautas de la medida del tiempo, más allá del deseo humano de hacerlo, vienen marcadas
por la rotación de la tierra o los ciclos de la luna y el sol, algo que no podemos controlar. Y así pasamos del
invierno a la primavera en este equinoccio (¡qué palabra más bella!). Por las
noches veremos que la luna se va agrandando para llegar al plenilunio de Nisán
que este año será muy, muy distinto.
Estamos aprendiendo muchas cosas que espero nos
sirvan para el futuro que está por llegar. Entre ellas que
las certidumbres son tan frágiles como nuestra propia naturaleza. Lo mismo tendremos que conocerla y entenderla mejor para ver cuáles son las posibilidades y oportunidades que tenemos por delante.
Como decía Ana, ahora que tenemos tiempo, vamos a reflexionar.
Una cita
“El dilema de Epicuro enfrentó el determinismo
postulado por los físicos de su época. Hoy la situación es otra. Las ciencias
confirman nuestra experiencia de la temporalidad: vivimos en un universo en
evolución. Las leyes de la Naturaleza adquieren una nueva
significación: ya no tratan de certidumbres sino de posibilidades”.
Ilya Prigogine
El fin de las certidumbres
Taurus 1997
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